Yo nunca había creído en los, denominados, libros de auto-ayuda. Consideraba que lo que en ellos te contaban, eran cosas que yo ya sabía o, por lo menos, creía saber. Mi hermano Oscar me insistía una y otra vez en que les diera una oportunidad y yo, como buen maño, me encabezonaba en no hacerlo. Incluso me regaló uno se esos citados libros y por no hacerle el feo, lo empezé a leer. Lo cierto es que me pareció más interesante de lo que yo pensaba, pero no le dí mucha bola. Supongo que no era el momento ( mi momento ) para hacerlo.
Ahora, muchas lunas después, he de reconocer que estaba total y completamente equivocado. Actualmente les estoy dando aquella oportunidad que no les dí en su momento y he de decir que no me arrepiento de ello. Claro que dicen cosas que ya sabía pero también muchas de las que no tenía ni idea. Estos libros te ofrecen unas sencillas herramientas para ser un poco más feliz y, en caso de que no lo seas, para que puedas llegar a serlo. La llamada "terapia cognitiva" es muy eficaz y, con un poco de esfuerzo diario, puedes alcanzar ese objetivo que te habías marcado.
También es cierto que, como en todos los generos literarios, hay mucha furrufalla y muchos libros de relleno, que aportan poco y que tienen una media de mes y medio de vida. Solo hay pocos títulos que son buenos y que perduran con el paso de los años. En especial dos de ellos : "Tus zonas erróneas" de Wayne Dyer y "Sentirse bien" de David D. Burns, publicados en los años 1976 y 1980, respectivamente. Estos dos libros son cien por cien recomendables y todavía se utilizan en terapias actuales. No hace falta encontarse mal o deprimido para echarles un vistazo
Algunas depresiones mal curadas pueden llegar a provocar intentos de suicidio y, a veces, esos intentos se convierten en realidad, en la triste y cruda realidad. Yo, muy muy mal, me tendría que ver para llegar a eso. Yo quiero vivir muchos años más. Me quedan muchas cosas por hacer, mil sitios por visitar, gente que conocer....
Logicamente, algún día la muerte ( la temible parca) vendrá a por mí, pero como dice el maestro Sabina en su canción "A mis cuarenta y diez" : "Pero sin prisas, que a las misas de Réquiem nunca fuí aficionado, que el traje de madera que estrenaré no está siquiera plantado, que el cura que ha de darme la extremaunción no es todavía monaguillo...."