DIARIO DE A BORDO
Hola,querido diario, ¿ cómo te encuentras ? Aquí estoy de nuevo para contarte un montón de novedades. Lo primero, como siempre, pedirte perdón por la tardanza en hacerte una visita. Este planeta me tiene tan asombrado, tan alucinado, que no paro de ver cosas sorprendentes y de aprender infinidad de cosas nuevas cada día que paso en él. Pero tranquilo que ahora te voy a contar todo, con pelos y señales.
Mi buen amigo Delosky ( te hable de él hace un tiempo, ¿ te acuerdas, viejo compañero ? ) me acompaña siempre y me enseña su civilización. Sus costumbres y su cultura. Aquí, en el planeta Esperanza, no creen en ningún Dios. Según su antiquísima tradición, los primeros habitantes del planeta vinieron de otro planeta que fué destruido en una de las más cruentas guerras que presenció la galaxia. Como siempre, los intereses por el poder absoluto fueron la causa de las miles de atrocidades que se sucedieron en aquellos aciagos días. Generación tras generación, la vida del planeta fue en aumento. Siempre fueron amantes de la paz, nunca quisieron que se repitieran los hechos que provocaron la destrucción del antiguo planeta. Ya sabes eso que dicen de que estamos obligados a recordar la historia, porque si no, estamos condenados a repetirla...
Sus habitantes son de naturaleza afable. Todavía no he presenciado ninguna discusión ni nada por el estilo. También son generosos y comparten todo lo que tienen contigo sin pedir nada a cambio. Dedican el tiempo a cultivar la tierra, pescar y cazar, respetando la piramide alimenticia. En el planeta Esperanza no existe el dinero, no lo necesitan. Cada habitante tiene su trozo de tierra y trabaja con ella. De ahí obtiene los alimentos necesarios para vivir. El resto del tiempo lo utilizan para dedicarse a sus hobbies. Son amantes de la cultura y desde muy pequeños se lo inculcan en las asambleas del pueblo.
Una de las cosas que más me ha llamado la atención es de la forma en que se enamoran. Porque aquí también existe el amor, ¿ sabes, viejo amigo ? Ya te conté que los habitantes del planeta desprenden una especie de energía. Cada uno de ellos refleja una combinación de colores. Algunos colores yo jamás los había visto antes y ni siquiera sabría muy bien como describirlos. Pues bien, para enamorarse deben encontar a otro de los habitantes y que sus colores se entremezclen formando un perfecto arcoiris multicolor. Me han dicho que es una de las cosas más bonitas que se puede presenciar en la galaxia. Me muero de ganas de ver uno de esos enamoramientos....
Y lo más sorprendente me lo guardo para el final. Ya sabes que hace muy poco fue una fecha muy importante para nosotros, ¿ verdad ? Tuve unos días un poco raros, melancólicos, pensando en todos los seres queridos que dejamos attrás en nuestro planeta....Le confesé mis pensamientos a el sabio Delosky. Le conté lo mucho que me hubiera gustado despedirme de toda mi gente. Mi familia, mis amigos, ella.....Se quedó mirandome con su habitual expresión tranquilizadora y me dijo que me podía ayudar en eso. Extrañado le seguí hasta un gran edificio de marmol blanco repleto de escaleras. Subimos un buen rato hasta que llegamos a una gran habitación. En ella, ví una extraña maquinaria tecnológica, una camilla justo en medio y una gran puerta al fondo. Me tumbó en la camilla y me dijo que me concentrara y pensara en la persona más querida que había perdido en mi antiguo planeta. Como podrás imaginarte pensé en ella. Recordé su sonrisa, los hoyuelos que se formaban al sonreir, su lunar debajo del azulado ojo izquierdo, sus labios y su mirada felina.....Delosky, a su vez, colocó una especie de casco en mi cabeza, tocó unos cuantos botones en un pequeño teclado y de repente se abrió la puerta del fondo. De ella apareció una especie de figura humana sin rostro ni sexo definido. Delosky me quitó el casco y se lo colocó al extraño ser. Tocó otros cuantos botones en su teclado y, como por arte de magia, su cuerpo y su rostro comenzaron a transfigurarse. Con los ojos bien abiertos, contemplé con asombro que ese extraño ser se había convertido en unos pocos segundos en....ella. Allí estaba ella delante de mí mirandome con sus enormes ojos de color de cielo. Delosky me dijo que nos dejaría un rato a solas. Cuando salió de la habitación me acerqué a ella muy despacio sin poder dejar de mirarla. Allí estaba su lunar, sus hoyuelos, su larga melena morena.....Le dije que la echaba de menos, que no había dejado de amarla, que pensaba en ella cada día, que fuí un idiota y debí haberle hecho caso y no presentarme voluntario en aquella fatídica misión, que sentía mucho haberla dejado sola, que debía haber muerto junto a ella......
Aquel día vacié mi alma y lloré mucho, muchísimo. Le agradezco mucho a Delosky lo que hizo por mí. Me pude despedir de ella para así poder seguir adelante con mi nueva vida. Ahora, con el alma limpia, voy a seguir disfrutando de todas las cosas nuevas y sorprendentres que me ofrece el planeta Esperanza. Ya te seguiré contando, amigo mío. Prometo volver pronto a verte y contarte buenas nuevas......